A veces pasa.

20/07/2010

La pasada semana llegamos a la playa, mi familia, unos amigos, y yo, y al llegar sólo estaba una pareja en la que ella estaba en top-less y el totalmente desnudo, ninguno de los dos portaban las marcas blancas del bañador que hubieran delatado un reciente pasado textil.

Nos vieron llegar y debido a la proximidad y a la buena educación que heredamos los saludamos, contestándonos con cortesía.

Al poco estábamos todos desnudos, unos seis adultos y cuatro menores. En total estábamos todos en la playa desnudos (privilegios de esta esquinita del mundo, todavía es posible encontrarse una playa solitaria en el mes de julio) excepto la chica que permanecía en top-less. En un momento dado y al volver del agua compruebo con asombro que la pareja de vecinos se habían puesto el bañado y el top del bikini. En principio no me habría extrañado si continuasen recogiendo sus cosas y se hubieran marchado, pero no fue así, sino que volvieron a tumbarse al sol, esta vez con algo más de ropa.

Sorprendido por la situación, atisbé alrededor, entre las rocas, a lo lejos, por si acaso algún mirón o alguna otra persona los habría hecho sentir incómodos y por ello habían renunciado a su desnudez. Al parecer no era ese el motivo. Y tampoco conseguí discernir otro. Una de mis amigas se acerca y me pregunta si «estos cuando llegamos, ¿no estaban desnudos?»; pues sí, parece que sí, y ahora parece que no. Mi interlocutora me interroga nuevamente buscando una respuesta que no supe dar: ¿porqué se habrán vestido?

Sinceramente había vivido el proceso a la inversa, como ya he dejado testimonio en este diario en otras ocasiones, pero sentirse incómodos estando desnudos entre gente desnuda, ese proceso no lo había vivido.

Al menos, me consuela haber vivido una de esas experiencias que ponen de manifiesta que las personas son impredecibles.

Xouba


Reempezando.

02/07/2010

Tal vez no debería decirlo así, aunque parece que lo es, y no tiene más que un nombre.

Las circunstancias me han obligado a dejar el servicio que durante estos últimos 6 años (¡ahí es nada!) me venía prestando http://www.bloxus.com alojando mi bitácora. Pero desde hace unos meses no funciona y no se le ha puesto solución. Tal vez la persona que desinteresadamente estaba detrás del servicio ha perdido el interés o ha encontrado cosas más interesantes que hacer, no me queda más que agradecerle todo lo que me ha regalado estos años y con ello a los lectores de mi blog.

Espero que esta nueva andadura en wordpress.com me ayude a ser más dinámico en mis publicaciones que ultimamente, tal vez adolecidas por los tropiezos que venía sufriendo bloxus.com se han visto más espaciadas.

Quiero invitaros a todos los que pasáis por aquí a leeros los artículos que me he tomado la molestia migrar uno a uno (desde el año 2004!) del anterior servicio a este nuevo. Que no sea yo el único que tiene que «reempezar», hacedlo vosotros también.

Xouba