No, no me he vuelto chiripa o se me ha trabado el teclado al escribir el título. Para ponerse en situación, resulta que los Ndani son una tribu de Papúa Nueva Guinea, y la Koteka es la única prenda que utilizan exclusivamente para cubrirse el pene. Probablemente muchos ha los habrán visto en un popular programa de telerrealidad de «la cadena amiga», para los que no los hayan visto aquí queda esta imagen que los ilustra.
No me propongo ponerme a hacer un estudio antropológico sobre esta tribu, pero bien debería pensarse alguien hacer uno sobre la tribu en la que vivimos actualmente nosotros. Porque no acabo de ver lo simpático que le resultó a la presentadora, público, y televidentes (que desde los foros de internet, mensajitos de SMS al programa, y otros medios) decidieron mostrar su hilaridad y -a mi parecer- mofa cuando un «semejante» decidió vestirse con la prenda de los Ngani.
Mientras los Ngani andaban por la ‘telecasa’ con sus kotekas, sorprendió a los de allí y a los de aquí, pero casi más por ser la primera vez que se colaba alguien con tan poca ropa en esa casa (o que nos la colaban a nuestros TV desde sus cámaras) que por la vestimenta en sí. Desde el programa se habló de la koteka a modo instructivo y educacional, como corresponde; respetando los usos y costumbres de otras personas que vienen desde muy lejos a enseñárnoslos y que si queremos enriquecernos (culturalmente hablando) deberíamos asimilar.
Pero un buen día a alguien de la dirección se le ocurre que uno de los de aquí -uno de los nuestros- tendría que ponerse la koteka. Ahí empezaron las risotadas, las burlas, y la mofa fácil. Tanto por los que estaban dentro de la casa (aunque esos fueron los más «light») como por los de fuera, con la presentadora a la cabeza y el público del programa jaleandola con sus carcajadas.
Sea como fuere el video del semejante (pues al parecer los Ngani muchos de los de aquí no los deben considerar «semejantes» pues no se reían, ni bromeaban, ni jaleaban las bromas de nadie respecto a ellos) se ha convertido en un furor en la red, con múltiples comentarios en foros y redes sociales, algun@s criticando la desvergüenza, y otros aplaudiendo su comportamiento.
No me quiero centrar en aplaudir la decisión de asimilar las costumbres de esta gente hasta integrarse plenamente en ellas independientemente de la desnudez y de que su pene fuera el centro de todas las miradas. Me gustaría centrarme en reprobar a tod@s esos que no dudan en colocarse camisetas de chillones colores que duelen a los ojos, ponerse peinados que desafían a la ley de la gravedad, o tremendos zapatos con tacones que terminarán deformando sus pies. ¿Quién provoca más risa? ¿Una persona desnuda cubriéndose su pene o una persona «disfrazada» de ciudadano occidental?
O peor aún ¿quién es más ignorante, el que aprende de otros, o el que se niega a aprender?
Mientras los Ngani andaban por la ‘telecasa’ con sus kotekas, sorprendió a los de allí y a los de aquí, pero casi más por ser la primera vez que se colaba alguien con tan poca ropa en esa casa (o que nos la colaban a nuestros TV desde sus cámaras) que por la vestimenta en sí. Desde el programa se habló de la koteka a modo instructivo y educacional, como corresponde; respetando los usos y costumbres de otras personas que vienen desde muy lejos a enseñárnoslos y que si queremos enriquecernos (culturalmente hablando) deberíamos asimilar.
Pero un buen día a alguien de la dirección se le ocurre que uno de los de aquí -uno de los nuestros- tendría que ponerse la koteka. Ahí empezaron las risotadas, las burlas, y la mofa fácil. Tanto por los que estaban dentro de la casa (aunque esos fueron los más «light») como por los de fuera, con la presentadora a la cabeza y el público del programa jaleandola con sus carcajadas.
Sea como fuere el video del semejante (pues al parecer los Ngani muchos de los de aquí no los deben considerar «semejantes» pues no se reían, ni bromeaban, ni jaleaban las bromas de nadie respecto a ellos) se ha convertido en un furor en la red, con múltiples comentarios en foros y redes sociales, algun@s criticando la desvergüenza, y otros aplaudiendo su comportamiento.
No me quiero centrar en aplaudir la decisión de asimilar las costumbres de esta gente hasta integrarse plenamente en ellas independientemente de la desnudez y de que su pene fuera el centro de todas las miradas. Me gustaría centrarme en reprobar a tod@s esos que no dudan en colocarse camisetas de chillones colores que duelen a los ojos, ponerse peinados que desafían a la ley de la gravedad, o tremendos zapatos con tacones que terminarán deformando sus pies. ¿Quién provoca más risa? ¿Una persona desnuda cubriéndose su pene o una persona «disfrazada» de ciudadano occidental?
O peor aún ¿quién es más ignorante, el que aprende de otros, o el que se niega a aprender?
Xouba 
Escrito por xoubagalega 
Mundo Naturista 