Postal de Navidad.

11/12/2007
Empiezo a recibir en mi buzón de correos (el virtual y el postal) las consabidas felicitaciones de navidad. Muchas de ellas son de empresas que acompañan los buenos deseos de mejores regalos acompañados de sus buenos precios.

Sin embargo otras felicitaciones, más escasas, pero más cuidadas son de amigos, de familiares, de compañeros de trabajo, incluso alguna de los lectores de este blog, no se acompañan de tantos regalos pero sí de muy buenos deseos. Gracias a tod@s ell@s, aunque ya los he correspondido con algo más personal, quiero aprovechar este hueco para agradecerlo públicamente.

De todas ellas, voy a destacar una de ellas. El remitente (o los remitentes, porque es una pareja) es lo de menos. Incluso la frase que la acompaña no es muy original (el Felices Fiestas de siempre). Pero sí lo es la foto. Es similar a la que en años anteriores también envié yo a ciertos amig@s. La pareja en cuestión saludando ante el árbol de navidad. El árbol está debidamente «vestido» para la ocasión, y ellos debidamente desnudos para felicitarnos. No es la primera que recibo así, ni tampoco la que envió.

Lo que más me gusta de estas postales navideñas son las «molestias» que se han tomado los que las han realizado: preparar el árbol, tomarse la foto, editarla en el ordenador; todo ello es más complicado que darle a «reenviar» algún mensaje que previamente nos han enviado a nosotros (eso lo detesto, sobre todo a aquell@s que ni se molestan en borrar las direcciones de los otros destinatarios), y más latoso que buscar una imagen por la red y adjuntarla a nuestro mensaje.

Recibir una postal navideña felicitándote totalmente desnudos puede parecer raro, extraño, inhabitual, o extravagante, pero lo que os puedo garantizar es que para el que la recibe resulta divertido, cariñoso, y alegre, que es de lo que se trata de transmitir en estas fechas. Para aquell@s que vemos la desnudez como algo cotidiano, normal, y extrapolable a todas nuestras facetas de la vida, esa postal navideña es de lo más entrañable. Guardo todas con mimo, pero para las de estas características tengo un especial recuerdo: quién me envió la primera, quienes me las enviaron el año pasado, y a quién se las envié yo.

En pocos días volveré a plantar a mi familia desnuda delante del árbol, instalaré el trípode, y pondré en marcha el autodisparador. Luego elegiremos la mejor, la «acondicionaremos» para el envío, y la mandaré a tod@s aquellos que quiero guarden tan buen recuerdo como el que yo tengo de ell@s.

Xouba